Parece que finalmente deje de aparentar ser una mujer de armas tomar para convertirme en ella e impulsar a mis inseguras agallas para producir tal encuentro.
El no gusta de mi, losé, pero no lo puedo aceptar; yo se que en algún lado existe esa conexión pero no la encuentro en la realidad. Será en una realidad alternativa al mejor estilo Fringe? En fin, intento captar su frecuencia, tomo valor, coraje y todas esas virtudes que siempre dije tener, hasta que me di cuenta, que llevadas a la practica no las tengo. Así que ahora tengo dos problemas: incluir las agallas en mi vida y actuar en consecuencia. Firmemente creo que vale la pena apostar un par de fichas mas a este asunto, hace mucho que no sentía a otras situaciones símiles en este camino, valer la pena.
Lo llamó el viernes a las 11 AM y le digo “Estas para un café?” obvio me responde con su mejor onda amistosa, aparentemente el quiere ser mi amigo y cuando me ve, no se le prende ni la hornalla mas chica de su anafe, me dice “ te espero en conocido bar de Diagonal Norte y Cerrito, te pido una lagrima; OK?” y ahí sigo con el metejón, se acuerda que alguna noche, subidos en el alcohol, le comente que solo tomo lagrimas porque mi estomago e hígado no resisten al café solo.
Llegó y ahí estaba mi lágrima espumosa y su ristretto, charlamos 15 minutos de la facultad, su trabajo, mi nuevo ambiente y medio fucsia y la decoración de su ph. (Quiero vivir con el!!) Me dice “en 20’ tengo una reunión” bajón pensé, seguimos charlando... “me voy chiquita” me besa en la boca. Todo esta tomando su curso, pensé. Llegó a casa y recibo un mensaje de él “me encanta ser tu amigo”.
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