viernes, 8 de agosto de 2008

El Hombre al Umbral de la Puerta II

Hay pocas soluciones que pueden hacer que el hombre se retire del umbral, para pasar a otro, obviamente: la primera y menos probable es que se canse, esta opción estaría casi descartada ya que el hombre al umbral tiene paciencia de fierro y una disciplina a prueba de balas.
La segunda, poco probable también, es que descubra que su mujer ideal no es más que una construcción mental que él se hizo, muchas veces uno tiene en la cabeza esas escenas épicas, ya sea para el picado jugado con lluvia o para recordar algún momento amoroso (vamos chicos, todos lo recordamos alguna vez). La construcción mental que el hombre al umbral hace de su mujer ideal es, justamente, el concepto de perfección, ¿Cómo se logra esto? Aceptando todos y cada uno de sus defectos (en principio, recordemos que aún no ha tenido una relación amorosa con esta mujer) y resaltando obviamente los atributos que fueron, justamente, los que llamaron su atención. Esta alternativa resulta poco probable debido a la miopía vivida por el hombre al umbral, que jamás querrá darse cuenta que su Dulcinea es un poco mala con las compañías masculinas, por ejemplo.
Otra opción, y quizás la mas probable de todas es que el hombre al umbral, en un arrebato de descuido conozca a otra mujer, esas que inicialmente se conocen “para pasar el rato” (disculpen chicas, no lo hacemos con mala intención).
En principio el hombre toma esta relación como algo totalmente furtivo, esperando a su mujer ideal, pero ¿Qué pasa? Hay algo que este personaje no logra tener en cuenta y es el factor sorpresa, recordemos él que es lineal, muy lineal.
De repente este hombre se ve en citas con esta chica, llamándola, mandándole mensajitos, encontrándose causalmente en algún bar o boliche y el simple hecho de distraerse de su “Ella”, muchas veces le hace ver cualidades ausentes en su mujer ideal y, porque no, presentes en la mujer actual. Ahí es donde el hechizo comienza a fallar, donde este hombre se da cuenta que el umbral ya esta despintado, y quizás hasta un poco torcido, como así la cara de su doncella, que vuelve a las 9 de la mañana vaya uno a saber de dónde, con todo el cansancio y el malhumor posibles y, lo mas lógico, pero a su vez doloroso, es que: "si hasta ahora no pasó, ¿Por qué tendría que pasar?" Es así que el hombre al umbral deja su tan platónica, perfecta y divina mujer de sus sueños y va a los brazos de su nueva pareja, y justo ahora que la mujer soñada pensaba invitarte a salir!!!

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