lunes, 14 de abril de 2008

El cine, los pochoclos y las manos

Obviamente, si hago un blog de citas, tengo que hablar de la clásica salida al cine. Clásica y cuando digo clásica digo vintage y en su connotación más moderna: vieja. Si, el cine está pasado de moda, a pesar de que sea una de las artes en boga y de vanguardia, ls citas en el cine son menos frecuentes, los estadísticos despedidos del INDEC aseguran que la cantidad de gente que asiste al cine acompañada es un 25% menor que el año anterior y la taza de merma es sostenida. Muy bien, por qué?: sencillo, es caro y es malo, sacando al cine independiente (que ni idea si es bueno o malo, pero seguramente da para cita, porque te hacés el que sos re loco y alternativo/intelectual/moderno) el cine yanqui esta decayendo y las argentinas... bueh, nadie las ve (dato proporcionado hasta por el oficialismo).
Pero dejando de lado el divague estadístico, focalicemos. Hay un cierto número de combinaciones que se pueden dar en una cita, que envuelven a estos tres elementos mencionados (en el título) y que a modo de algoritmo pueden definir el veredicto de la cita.
Caso A
El pibe, la piba, está más bueno/a que los pochoclos, y la peli es mala. Esto implica que la acción se va a desenvolver más de este lado de la pantalla que del otro, posiblemente no terminen nunca de ver la peli (pero contarán algún final convenido por los dos) porque se retiraron de la sala antes de tiempo.
Caso B
Aqui la variable clave son las manos, no hay química, pero porque él las tiene transpiradas a más no poder. Pero insite con comerte la boca. Los pochoclos están buenos, y la peli, es una de adolescentes universitarios que se la pasan de fiesta en fiesta. Dos factores que te juegan a favor: el flaco no logra concentrarse tanto en vos porque también está mirando las siliconadas gomas de la rubia que hace de chica virgen. Y para cuando viene la escena del gay y su monólogo deprimente acerca de su incapacidad para aceptar que debe "salir del closet" vos aprovechas para engullir puñados de pochoclos incalculables. Si, el balde es recargable, y lográs terminarlo antes de que la virgen pierda su virginidad con lo cual con la excusa enmano, te retirás para no volver nunca más.
Caso C
La peli es malísima, pero es de terror, el flaco está bueno, pero es más lento que una babosa. Pero compraron maní con chocolate (son dos dinosourios) y decidís sacarle los confites de las manos mientras te demorás un rato jugueteando con los dedos... de más está decir que la próxima escena le saltás encima, no importa si matan al nene que ve muertos o en relidad el nene es casper y el cuchillo le atravieza las tripas limpio... igual, no te vas a enterar nunca.
Caso D
El pibe (todo x 2 denuevo) es un naple, los pochoclos están llenos de grasa, fríos y gomosos, la peli es malísima y laaaaarga. Veredicto, tendrás fobia a los lugares carrados en penumbras y levenmente escarpados el resto de tu vida y posiblemente no puedas tolerar las lucecitas navideñas porque te harán recordar a las de la escarlera que tanto miraste con ganas de escapar, pero que no te atreviste a pisar porque mientras mirabas la peli, además tuviste que escuchar la narración y comentarios hechos por él a quien le pareció maravillosa y re interesante.

Habría para seguir, pero a modo ilustrativo, en memoria de un clásico y del clásico que más ayuda a las manos, otro clásico.

1 comentario:

Martina Benitez Vibart dijo...

ajajajajj, buenisimo, belu y co.(si es q hay alguien mas por aca...) me hiciste reir!!! que siga asi todos los dias, si es posible!
besooooo, nos vemos